Cannabis



  • MARIHUANA: droga y a la vez remedio: 
Los taoístas estaban en lo cierto, la naturaleza es dual. Al menos así sucede en el caso de la marihuana que, dependiendo de la finalidad y el modo en que se consuma, puede esconder la oscuridad del yin o la claridad del yang. Cuando se ingiere como una droga, se introduce en el cuerpo humano golpeándolo hasta dejarlo noqueado; pero cuando se concibe como un remedio, es capaz de paliar los efectos de algunas de las enfermedades más devastadoras para el ser humano. Son las dos caras totalmente opuestas que nos ofrece este arbusto con nombre de mujer.

Gracias a las investigaciones que se han realizado sobre la marihuana, podemos conocer de cerca ambas facetas. Por un lado, estos estudios han revelado que los perjuicios que provoca su consumo abusivo van bastante más allá del colocón del momento, haciendo mella en nuestro organismo tanto en el plano mental como en el físico. Pero igualmente han demostrado la capacidad analgésica de esta planta frente a los síntomas de enfermedades graves como el cáncer, el sida o la esclerosis múltiple.


  • Efectos negativos de la marihuana: 
Ingerir esta sustancia tan temprano (15 años) puede tener consecuencias irreversibles. Un reciente estudio del King´s College de Londres, la Universidad de Duke (Estados Unidos) y la Universidad de Otago (Nueva Zelanda) ha concluido que fumar porros en la adolescencia afecta al desarrollo del cerebro y deteriora las capacidades intelectuales a largo plazo.

Tanto en jóvenes como en adultos, la mayor parte de los perjuicios del cannabis están asociados al cerebro; sin embargo, no es la única región de nuestro organismo que padece sus efectos adversos:

[ En relación con el sistema nervioso central, el consumo de esta sustancia produce efectos como euforia, dificultades para aprender, disminución de la capacidad de concentración, fallos de la memoria o dificultad en el habla.

[ Hace daño al sistema respiratorio dado que la manera más extendida de consumir marihuana es fumándola. El cannabis causa irritación de las vías respiratorias y es un factor de riesgo para la aparición de patologías pulmonares y bronquiales.

[ El sistema cardiovascular también se resiente y es posible la aparición de taquicardias si se abusa del cannabis.

[ El consumo regular de marihuana relaja el sistema inmunológico hasta el punto de hacernos más vulnerables frente a la invasión de microorganismos.

[ La acción de la marihuana sobre el sistema endocrino puede causar impotencia en los hombres y reducir la producción de óvulos en la mujer.


  • Usos terapéuticos de la marihuana: 
Si bien el abuso de la marihuana provoca efectos nocivos para la salud, también es capaz de ayudar a vivir mejor a determinadas personas. Aunque su uso terapéutico todavía es muy limitado, en algunos países se permite su prescripción médica como paliativo para enfermedades terminales y trastornos neuronales degenerativos. De hecho, existen incluso fármacos elaborados con sustancias cannabinoides.

La clave de la marihuana terapéutica está en su composición, ya que contiene proporciones similares de delta-9-tetrahydrocannabinol (THC) y cannabidiol (CBD), que es la sustancia que potencia la capacidad analgésica de la planta. Esto se consigue mediante técnicas de cultivo.

Los principales beneficios paliativos que se han tribuido a la marihuana terapéutica son:

[ Inhibe las náuseas y el vómito que padecen los enfermos de cáncer y sida que son sometidos a quimioterapia.

[ Actúa como analgésico para los dolores en enfermedades como la esclerosis múltiple, o en el caso de lesiones de médula espinal.

[ Estimula el apetito y facilita el aumento del peso de pacientes con anorexia derivada de patologías graves.

[ Atenúa los espasmos y las contracciones causados por enfermedades como la epilepsia, esclerosis múltiple o párkinson.

[ Combate la ansiedad y la depresión.

[ Contiene agentes que protegen las neuronas en caso de un traumatismo craneoencefálico o ictus.


  • Legislación sobre la marihuana: 
La Convención de las Naciones Unidas Contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas de 1988 incluyó al cannabis entre las drogas objeto de persecución por sus perjuicios sobre la salud de las personas. Todos los estados pertenecientes a esta organización supranacional combaten la posesión, consumo, tráfico o cultivo de esta sustancia; sin embargo, la legislación en esta materia es bastante heterogénea si se diferencia entre países.

Las sanciones y penas pueden ir desde una ligera amonestación, como en el caso de Bélgica, hasta la condena a muerte, como en Taiwán. Entre esos dos extremos se abre un amplio abanico en el que caben diferentes grados de tolerancia.

En lo que a la legislación de la marihuana se refiere, se encuentran grandes diferencias según dónde nos encontremos. Por ejemplo, la tenencia de cantidades para consumo propio está permitida en México o Chile, mientras que en países como España o Italia conlleva una multa administrativa y en Chipre puede suponer una pena de cárcel. Probablemente Holanda sea el ejemplo más representativo de la liberalización de la marihuana, pero incluso en este país, donde se permite –por ahora– el consumo y la venta en los llamados coffee shops, la tenencia y el cultivo están sancionados.

Las leyes de algunos países contemplan excepciones para aquellas personas que poseen, consumen o cultivan marihuana con fines terapéuticos. Estados Unidos, Holanda, Suiza, España o Israel permiten la prescripción de la marihuana con fines paliativos, aunque en este aparatado los límites y los matices también son muy abundantes.


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